lunes, 15 de diciembre de 2014

Ébola

El el bola es una enfermedad infecciosa viral aguda wue produce fiebre y hemorragia (sangrado) en humanos y primates como monos, gorilas y chimpancés.
La primera vez que se habló sobre esta enfermerdad fue en 1796 por el doctor David Finkies, cuando se presentaron sintomas en zaire y sudán. Este nombre se debe al Rio Ébola, situado en Zaire. Este virus es tan letal hasta tal punto que fue considerado arma biológica.
En su actualidad, se ha registrado el último brote en Guinea, donde el número de afectados supera los mil y se ha extendido por Liberia, Sierra Leona y Mali, y en menor medida Nigeria. La OMS ha reconocido que el virus está fuera de control, debido sobre todo a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse, por lo que están haciendo todo lo posible a nivel regional e internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras. Asimismo, se está desaconsejando viajar -salvo casos de extrema necesidad- a las zonas de África Occidental más azotadas por este brote. Los afectados superan ya los 7.500 y los muertos alcanzan los 3.500, la gran mayoría en Liberia.
En los últimos días de septiembre, se detectó en primer paciente infectado por ébola en EE.UU., que viajó a Dallas (Texas) tras haberse contagiado en Liberia y pasar los controles aeropuertuarios. El 6 de octubre, una enfermera que había tratado en Madrid a los dos misioneros españoles fallecidos por ébola, se ha convertido en la primera persona diagnosticada por ébola fuera de África. 
El virus del Ébola está considerado como sumamente infectivo, debido a su alta tasa de mortalidad, la rapidez con la que provoca la muerte y las zonas remotas donde se producen las infecciones. Se transmite a los humanos a través del contacto con un animal huésped infectado vivo o muerto (monos, murciélagos, antílopes…) y se disemina de persona a persona por el contacto con la sangre, tejidos, secrecciones y los fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto con equipo médico contaminado, tales como agujas.
Las infecciones por virus del Ébola son agudas y no existe el estado de ‘portador’. Debido a que el reservorio natural del virus es desconocido, la manera en que el virus aparece por primera vez en un ser humano en el inicio de un brote no se ha determinado aún.
La transmisión nosocomial se refiere a la propagación de una enfermedad dentro de un centro hospitalario, este tipo de transmisión ocurre con frecuencia durante los brotes de virus del Ébola. En la mayoría de los centros de salud de África los pacientes son atendidos sin mascarilla, batas o guantes. Además, cuando las agujas o jeringas que se utilizan pueden no ser del tipo desechable, si se contaminan con el virus y luego se vuelven a utilizar, muchas personas pueden ser infectadas.De hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el protocolo indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto riesgo de contagio por los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser incinerado.
El período de incubación de esta enfermedad oscila entre dos y 21 días, después de los cuales ocurre el inicio de los síntomas del ébola, aunque lo más habitual es que aparezcan entre el octavo y el décimo día:
Fiebre alta y repentina.
Dolor de cabeza.
Molestias en las articulaciones y fuertes dolores musculares.
Dolor de garganta y debilidad generalizada.
Diarrea, vómitos y dolor de estómago.
Aparición de una erupción rojiza en la piel.
Congestión conjuntival (ojos rojos).
Alteración de la función renal y hepática.
En algunos afectados pueden observarse hemorragias internas y externas.
La razón por la cual algunas personas son capaces de recuperarse de ébola y otros no sigue siendo un misterio para los científicos. Sin embargo, se sabe que los pacientes que fallecen, por lo general no han desarrollado una respuesta inmunológica significativa para el virus en el momento de la muerte.

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